Música celta es el término utilizado para describir un amplio grupo de géneros musicales que parten de la tradición musical popular de los pueblos considerados de tradición celta de Europa Occidental. Como tal, no existe un cuerpo musical real que pueda ser descrito como celta,
pero el término sirve para unificar tanto músicas estrictamente
tradicionales de determinadas regiones geográficas, como un tipo de música contemporánea de raíz folclórica con un mismo origen etnológico y musical.
El término significa principalmente dos cosas: en primer lugar es la
música de los pueblos que se autodenominan celtas, a diferencia de, por
ejemplo, la música francesa o la música inglesa, definidas por existir
dentro de unas fronteras políticas claras. En segundo lugar, se refiere a
las características que serían exclusivas de la música de las llamadas naciones celtas. Algunos, como Geoff Wallis y Sue Wilson en su obra The Rough Guide to Irish Music,
insisten en que muchas de las tradiciones agrupadas en la etiqueta
"celta" son ostensiblemente diferentes entre sí (por ejemplo, la gaélica
y la bretona) y en realidad tienen nada o poco en común. Otros, sobre
todo músicos como Alan Stivell, dicen que sí lo tienen, en concordancia con estudios más antiguos.
A menudo, por su amplia difusión, el término "música celta" se aplica a la música de Irlanda y Escocia
ya que ambos lugares han producido estilos bien conocidos que comparten
muchos y evidentes rasgos comunes, tanto en lo musical como en lo
lingüístico (cultura gaélica). Sin embargo, es notable que los músicos
tradicionales irlandeses y escoceses evitan el término música celta,
excepto cuando se ven obligados a ello por las necesidades del mercado, y
cuando se producen en festivales de música celta fuera de sus
fronteras. La definición se complica aún más por el hecho de que la
independencia permitió a Irlanda promocionar la música celta como un
producto específicamente irlandés, quedando así difuminados sus lazos
musicales con la vecina Escocia (lazos que han sido en gran parte
restablecidos por los músicos modernos). Escoceses e irlandeses, aunque
distintos y separados en lo político, comparten una misma ascendencia
cultural y, por consiguiente, puede hablarse de un patrimonio musical
celta (o gaélico) común a ambos.
Los instrumentos básicos usualmente empleados en la composición e interpretación de música celta son la gaita, el bodhrán, el violín, el tin y low whistle y/o la flauta travesera irlandesa, la bombarda y el arpa celta.
La identificación de características comunes en la música celta es
problemática. La mayoría de las formas musicales populares hoy
consideradas como característicamente celtas fueron (y a menudo siguen
siendo) comunes a muchos otros lugares de Europa Occidental. Existe un
debate sobre si las jigas irlandesas fueron adaptadas de la giga italiana, forma típica de la era barroca, por ejemplo, mientras que la polca tiene su origen en la tradición checa y polaca.
Hay géneros y estilos musicales propios de cada país celta debido a
las tradiciones individuales de canto y a las características de sus
lenguajes específicos. Los Strathspeys son específicos de las Tierras Altas de Escocia, por ejemplo, y algunos han teorizado que sus ritmos imitan los de la lengua escocesa
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